viernes, 22 de junio de 2007

Leo

Nunca podré ser como Leo es para H. Le acabo de dejar con él en su cuna. El pobre H está malito y no se separa de Leo en todo el día. Cuando le acerco a la cuna, se ríe y se deja caer para abrazarle como nunca me ha abrazado a mí. Sus primeros besitos fueron para él. Esas palabras y grititos que se oyen en su habitación a veces antes de dormir, son Leo y H cuchicheando, contándose sus secretos.

La naturaleza de su relación y los sentimientos reales que H siente hacia su muñeco me intrigan. A su manera, le quiere más que a mí. Si está con él, no puede pasar nada malo. Yo no puedo competir con su pelo suave, con su eterna sonrisa y su pequeño tamaño. Bueno, a veces estoy un poco celoso, qué demonios. Aunque yo también le quiero mucho, a Leo. Otra cosa me intriga, ¿por qué le eligió a él de entre todos los muñecos?

Yo también tengo sueño. Me voy a la cama. Yo también tengo un osito que me espera, de piel suave, de eterna sonrisa y de pequeño tamaño. Chúpate esa, Leo.

2 comentarios:

Brujitecaria dijo...

Hay un ligero ataque de cuernos hacia Leo, por una parte, y por otra me temo que tu "oso" es también conocido por H y también para él una eterna sonrisa de piel suave.

Ricar2 dijo...

O sea, que estoy condenado a compartirlo todo...