lunes, 18 de junio de 2007

Agua

El hecho intrascendente y cotidiano de la comunicación hablada es uno de los momentos más importantes en la vida del individuo. La palabra, escrita o hablada, nos da acceso a una profundidad en las posibilidades de comunicación que los sentidos o los gestos no proporcionan. He podido presenciar recientemente cómo el descubrimiento de este poder provoca en el individuo que lo experimenta por primera vez una alegría derivada probablemente del enorme campo de posibilidades que se le aparece.

H sentía algo en su interior, y de forma casual, en un acto de intuición, balbució “Agua” o algo parecido, sin esperar probablemente reacción alguna. Cuando al momento tuvo entre sus manos su biberón, no pudo menos que soltar una carcajada y repetir varias veces la palabra antes de beber. Había descubierto el enigmático hecho de que la palabra se relaciona con un objeto, y de que su enunciación, de la forma y a las personas adecuadas, provoca una reacción, hasta entonces sólo conseguida con el llanto. Fue como contemplar en casa el "milagro" de Annie Sullivan y Helen Keller. Como en aquel famoso caso, H conocía las palabras, y las repetía en su lenguaje, sin finalidad ninguna. Pero fue sólo en ese momento cuando hizo la relación que une el mundo interior y el exterior de forma indisoluble y misteriosa. Se le ha abierto para siempre el camino hacia el aprendizaje, la reflexión, la imaginación, la trascendencia; ha descubierto la herramienta que derriba imperios, que conmueve, que subleva, el arma subversiva y a veces dolorosa que construye y destruye. Felicidades, cariño. Y esto no ha hecho más que comenzar.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Ricardo, me estreno en tu blog. Me ha gustado tu comentario sobre mí. (Yo también soy narcisista). Y me gusta lo que dices sobre la ecografía -me gusta porque yo también lo había pensado y yo también soy narcisista- y sobre las despedidas a los padres con niño.
Y no te preocupes, que no estoy agobiado. Tengo tres jefas para que se agobien por mí...
Hasta pronto

Brujitecaria dijo...

H es feliz con su lenguaje nuevo, e intentaremos que nunca se le rompa ni se le enturbie, que pueda ser libre usándolo.
José Luis es un nuestro H, le protegemos del agobio y de la malvada bruja Estressada.