Creo que todos llevamos dentro un duendecillo juguetón que nos susurra conspiraciones contra nosotros. Es el mismo que nos dice que somos muy desafortunados y que todo está en nuestra contra. Nos advierte de que los que nos rodean conjuran contra nuestra fortuna y nos hace el centro de complicadas tramas urdidas para atentar contra nuestros intereses. Hay que escucharle y reirte de él y de las cosas que se le ocurren, y luego analizar con frialdad los hechos y juzgarlos como corresponde. Si le haces caso te convierte en un bicho receloso y esquivo, casi siempre pesado; a veces solamente te convierte en un llorón y otras veces te vuelve, ironías de la vida, conspirador.
Os voy a contar la última que me ha jugado el muy bribón. Desde que me he mudado, los días que salgo tarde vuelvo a casa en RENFE. Cuando vengo por la mañana a trabajar, prontito, me puedo sentar tranquilamente en uno de esos enormes trenes de dos pisos. Pero cuando vuelvo a casa, ¡ay!, todos los trenes son de una planta, y me toca pegarme literalmente, por un hueco. Esto se debe sin duda a que por la mañana la hora punta es relativamente corta y muy poco escalonada, y en cambio las vueltas son más espaciadas en el tiempo y la hora punta se dilata, por lo que no hay trenes de dos plantas que cubran todo el horario. O que no es efectivo poner trenes tan grandes a esa hora, porque en realidad la hora punta de verdad es más pronto o más tarde y cuando yo vuelvo no hay tanta gente como a mí me parece. Yo qué se. Seguro que tiene una explicación razonable.
Pero he aquí lo que opina el duendecillo de las conspiraciones:
"Claro, para venir a trabajar todo son facilidades. Te lo ponen muy fácil para que vengas con seguridad y tranquilo al trabajo. Pero para volver a casa, ¡a quién coño le importa. Te las apañas con estos trenes enanos que los otros son muy caros para tenerlos todo el día por ahí. Si quieres llegar a casa relajado y bien peinado, que te den por culo. Ya has trabajado, por nosotros como si tiras a la vía. Seguro que los trenes que van hacia el Norte sí son de de dos plazas. A los inmigrantes de Vallecas y Entrevías no les importa volver a casa empaquetados como animales de carga".
Perdonad el lenguaje, pero es que los duendecillos de las conspiraciones suelen ser muy mal hablados. Yo os trascribo lo que él me susurra. Yo me parto con él.
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5 comentarios:
Oye, pues a mi que me parece que nuestra conspiración a Renfe, como que le importa un pito. Se ve que eres usuario reciente de tren, porque y a pesar de que uno de los mejores servicios de transporte público (no es que tengan "la culpa" los gestores, es que si no se regulan los horarios y el tráfico, los trenes chocan y es muy desagradable), porque los que llevamos 7 años sujetos a su regimen solemos utilizar un lenguaje más duro. Yo a veces hablo de renfe aventura, porque lo mismo te toca subir y bajar andenes, hacer los 100 metros andén o prácticar el bonito juego "adivina que tren sale antes".
Ja, ja, yo también juego mucho al "adivina qué tren sale antes" y es curioso porque el duendecillo malo solo me hace caer en la cuenta de las veces que pierdo :)
El duendecillo / gusanillo es un poco llorón, pero veo que le conocéis tan bien como yo. ¿A vosotras también os sususrra tonterías?
Por cierto, Blanca, to tomo la idea del "duendecillo", en vez de "gusanillo". Voy a cambiar el post
¿qué pasa que ya no escribes?¿a qué dedicas eltiempo libre, ahora que ya no "produces"?¿Solo a ayudar a la gente de Automatización? Muchas gracias por los capotes que nos echas, majo.
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