lunes, 27 de abril de 2009
Que me voy a poner cursi
Es que las circunstancias obligan. Voy paseando con mi niña pequeña, que está para comérsela, y pasamos junto a unos cuantos bancos. La niña va andando mirando a las personas que están sentadas, y no le veo la cara. Pero sí veo las de la gente de los bancos, algunos con caras serias (la crisis está azotando fuerte en este barrio), y a medida que pasamos, lo que veo es que a toda la gente se le enciende una sonrisa cuando pasa la nena junto a ellos. ¿No es para ponerse cursi? ¿No es para pensar que la cara de Ana es un espejo de esa parte armoniosa y relajada del alma de todos nosotros, esa que hace huir a las preocupaciones? ¿No es para pensar acaso que se reflejan en sus caras la sonrisa sin motivo, natural y transparente de la cara de la niña?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Pues es cursi pero es verdad. Y solo se trata de comer y dormir cuando debes, de aprender todo el tiempo y de que te quieran. Eso te hace feliz de forma natural, hasta nosotros podríamos ir encendiendo sonrisas con la nuestra. Bueno, o quizás no, porque los ojos de un año o dos son tan trasparentes y los nuestros se vuelven tan opacos, con 50 años...
Yo la vi el otro día y la verdad es que sí que es una monada de niña. Y tu niño también, los dos. De hecho, M. y yo íbamos hablando de trabajo por el pasillo y dejamos de comernos la cabeza durante unos minutos para acercanos a tus hijos y hacerles unas carantoñas, así que te doy la razón en lo que dices.
Publicar un comentario