miércoles, 22 de octubre de 2008

Claustrofílico y extremófilo

Acabo de volver de la calle. Hace un frío de mil demonios. Escribo hoy para contar una de mis excentricidades. Salí hace un rato a comprar el pan. Tenía que sacar dinero, pero con la excusa del frío y de no ir bien abrigado lo ha dejado para la noche, cuando salgo a tirar la basura. En realidad, me moría de ganas de salir a la calle en esta noche de perros, en la noche oscura y en el desierto páramo que es mi barrio. No lo puedo evitar: me encanta esa sensación, la de ser el último hombre vivo o algo así. De igual modo no encuentro explicación por mi claustrofilia: me gustan los espacios cerrados, pequeños, aislados. Mi rincón favorito de la BN es un sitio en los depósitos de revistas donde se llega tras hacer unos requiebros. Allí nunca pasa nadie, hay un silencio enloquecedor, y sólo hay cajas vacías, estantarías llenas de polvo y algunas pocas revistas de poquísimo interés. Me gusta la sensación de estar en la esquina, en el último lugar posible antes del abismo. Cuando voy al mar, busco la roca más apartada para subirme, el último rincón antes del mar interminable. ¿Será por eso que me encantan las islas, que me muero por conocer la isla del Hierro o la de Pascua, o de que haya mirado viajes a la Antártida (Am. dice que ni loca, ¿alguien se apunta?)?

Este es mi caso, doctor. Una de mis lectoras ocasionales, es titulada en Psicología, y me consta que ejerce, escondida tras sus gafas. ¿Podrías decirme a qué se debe que cuando voy a la montaña, siempre tenga que buscar un momento para perderme en soledad por el bosque, si es de noche mejor??

P.D.: Una recomendación musical. Un grupo español, de esos que acaba de empezar, pero ya con bastantes seguidores, de pop-rock. Sobre todo destacable por la personal voz de su cantante. El grupo se llama Vetusta Morla, y podéis descargar su primer disco, gratis, legalmente, en su web. EL resto que han sacado los podéis comprar o lo que haría J.L., el corsario. Soy consciente de que recomendar un grupo poco conocido español no hará sino aumentar mi carácter de friki que me otorga SSS, pero qué le vamos a hacer.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La SSS dice:

Que no, que Vetusta Morla no es friki. Es moderno, y eso te da otro caracter (friki + moderno... no sé, ¿igual a Miqui Puig o algo así?

Je, je.

Aquí una enamorada de la Antártida, desde que leí "El peor viaje del mundo" de Apsley Cherry Garrard, uno de los que iba en el barco de Scott pero que por su corta vista se quedó sin la gran y última aventura de ir a pisar por primera vez el polo Sur. Está descatalogado, lo presto a buenos lectores, el que lo quiera que lo pida. Es un tremendo libro de viajes, el mejor.

Ricar2 dijo...

Me lo pido. Mi padre tiene uno sobre la expedición de Shackleton, la aventura más tremenda sobre el hielo de la Antártida. Qué tíos. Bueno, si este verano me vuelve a llegar la información sobre el viaje a la Antártida te la reenvío.

Brujitecaria dijo...

Siempre que entro en tu blog aprendo algo, ahora lo de Vetusta Morla. Y compruebo además que no estoy sola en mis manias: yo quiero ir a la costa de los esqueletos en Namibia (http://es.wikipedia.org/wiki/Costa_de_los_Esqueletos, que tampoco es moco de pavo respecto a "extremosidad". Y en cuanto a recorgerme en mi misma, algún día te cuento, que hoy no me atrevo, dónde me como mi comida basura.

Anónimo dijo...

Yo creo que no iría a la Antártida, aunque tiene que ser fascinante. A propósito de Scott y de su dramática expedición, me ha venido a la cabeza la canción de Mecano "Héroes de la Antártida". Esta canción me pone los pelos de punta cada vez que la escucho, porque parece que estás viendo a esos pobres hombres congelándose vivos.

"16 de febrero Polo Sur.
Cinco ingleses por el desierto Azul.
Evans va último de la fila
y colgada de su mochila
va la muerte dispuesta a demostrar
que una vez muerto
no se está mal en aquel lugar.

No hubo lápida
sí hubo plática.
¡Qué Dios salve a la reina!
¡Gloria eterna a los héroes
de la Antártida!

..."