Cuando yo tenía 14 o 15 años, los centros comerciales acababan de desembarcar en Madrid, y se podían contar con los dedos de una mano. No se parecían en nada a los que hay hoy, era el hipercor de turno y se acabó, un par de restaurantes si acaso. Los padres de mi amigo de la infancia Jose (que ya no sé por dónde anda, lamentablemente), se llevaban a sus hijos a pasar el día al centro comercial. A mí me parecía una cosa un poco horrorosa eso de pasar el día allí porque sí, una especie de esnobismo provinciano o algo así.
Pero hete aquí, 20 años después, que estoy tan contento de haber descubierto un centro comercial con muchas cosas para los niños, parques, atracciones, actividades, etc., con muchos restaurantes, tiendas en rebajas, una tienda de animales que a Héctor le encanta. Un megacentro de los que se hacen hoy, pensados hasta el detalle para familias. O sea, "¡vámonos a pasar el día al centro comercial!!". (A ver, con reservas, no todo el día, un buen rato, comemos por allí, y ya de paso miramos la ropita de la niña, la lámpara para el salón...., esas cosillas).
Moraleja de toda esta historia: nunca censures, no menosprecies, no subestimes, no te sobrevalores, no te creas por encima de nada, que el día menos pensado te encontrarás con que eres el objeto de tus propias burlas.
Por cierto, que me voy de vacaciones un buen rato, y como los superprofesionales de la construcción y la telefonía así lo quieren, sigo sin teléfono y sin Internet. Por lo que os doy permiso momentáneo para ver otros blogs. Pero volved, por favor, que no me gusta hablar solo. Un beso.
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3 comentarios:
Yo sé que eres un buscador incansable de ocio para niños. Normal, hay que huir de las casas... al parque, a la biblioteca, a buscar tesoros... Aunque creo que las conoces, te recomiendo un par de webs:
http://www.madridinfantil.com
http://www.saposyprincesas.com/
Y si lees esto todavía en septiembre, tienes cine y música infantil aquí: http://www.pptetuan.es/pdfs/musicolandia08.pdf
Volveremos para leerte, claro que sí.
Ya has vuelto. Yo también, no sé si lo siento más por tí o por mi. Quizás por ti, porque yo al segundo día (exceptuando lunes, ya se sabe) no solo he recuperado mi conformidad con la jornada laboral sino que no sé cómo se puede vivir sin el trabajo. Lo mismo me ha ocurrido antes con las vacaciones, o soy una veleta o tengo "un buen conformar".
Te leeremos. Muy bienvenido
Hombre, Silvia. Quedarse en casa está bien también. Pero la energía del niño se sale por las ventanas y las puertas. Es como un Mihura.
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