viernes, 29 de agosto de 2008

Una película


A veces una película te encanta a medida que la estás viendo, y estás en estado de agradecimiento perpetuo hasta que acaba. Pero a veces no te das cuenta de cuánto te ha impactado una película hasta unos días después de haberla visto, cuando las escenas se resisten a abandonar tu cabeza, y cuando te pones a pensar en lo que has visto y a darle vueltas. Es lo que me está pasando con "Brokeback Mountain", que vi hará una semana. Confieso que tenía un prejuicio en contra de la pelicula, porque a priori no me interesaba demasiado el asunto. Pero la nitidez con la que me vuelven algunas escenas a la cabeza, y el regusto en paladear los entresijos de esta peli son señal de que me ha gustado mucho.

Y lo curioso es que lo que más me molestaba cuando estaba viendo la película (la sensación de no saber qué es lo que están pensando y sintiendo los personajes acerca de lo que les está pasando), ahora es lo que más me gusta, porque creo que es una película para pensarla a posteriori, que está contada como a brochazos, y que exige del espectador que reflexione y que componga la historia, si no quiere quedarse en la epidermis de esta simple y tremenda historia de amor.

Porque esta historia de amor frustrada, de dos personajes que viven una vida inventada y que no les pertenece, que tienen una existencia falsa fuera del amor prohibido y fugaz que compartieron en un momento y en lugar dado, es transportable a cualquier situación en la que dos personas no pueden realizar un posible amor porque la situación social lo impide (Romeo y Julieta), o porque viven vidas muy distintas, extrañas, o demasiado consolidadas para vivir una historia de amor (como en Breve Encuentro).

La película está narrada con distancia, huyendo del melodrama, de forma que pese a que las escenas rodadas en unos preciosos y solitarios exteriores (en Canadá, según parece) son muy llamativas, son las situadas en interiores las que resultan más impactantes, rodadas con una economía y una austeridad poco frecuentes en el cine americano. Por cierto, la parte final es impresionante, emocionante, te deja la boca seca, y los ojos húmedos.

2 comentarios:

Brujitecaria dijo...

Lo que es la vida, yo empezé a verla pero no la terminé, no es que no me gustara, supongo que fue que me dormí, dado el sopor que manejo habitualmente. Volveré a intentar verla, porque la tengo en video.
Por cierto hoy te recomiendo yo una canción, El vals de los besos, de El Hijo, que me ha encantado. Buen finde

Anónimo dijo...

Yo fui a ver esta película al cine el día del estreno. Tenía todos los ingredientes para saber que me gustaría. Y así fue.