jueves, 12 de junio de 2008

Isula

Dice mi colega bloguera Blanca, que su relación con ciertas personas se puede acompañar con una banda sonora. No sé muy bien si quiere decir que esa persona le recuerda a una canción o si es su tipo de amistad a lo que se le puede poner banda sonora. En el caso de mi colega Isula, que nunca creo que sepa ni lea este blog, puedo decir que cuando la veo o pienso en ella viene una música. Cuando Isula aparece, suena al fondo esa música hippie de los sesenta, así como cadenciosa e hipnótica, una de esas introducciones de los Doors, el inicio de Strawberry Fields de Los Beatles, o alguna de esas canciones interminables de los primeros discos de Bob Dylan.

Isula tiene los ojos azules y algo infantil en su sonrisa, pero tiene un pelo largo y rubio que parece como de otra época. Pertenece a una familia con aptitudes musicales, y sé que se reunen a cantar viejas canciones de la España de los setenta. Parece a veces como que sale de un sueño, de un buen sueño, como envuelta un poco en humo (¿en humo de marihuana?). Es tranquila en el hablar, agradable, sencilla, lo más alejado de la presuntuosidad que se pueda conocer. Aunque su vida ahora mismo está llena de problemas bastante gordos que a muchos de nosotros nos harían tambalearnos, su compañía es siempre placentera y te contagia esa parsimonia inquebrantable por la que los problemas se atacan de uno en uno y parecen siempre más sencillos de lo que son. Será filosofía de algún yogi maharishi de esos de los sesenta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes la rara costumbre de hablar bien de las personas. Y es rara y buena, esa costumbre.
Si al final, resultará que tengo algo que apreder de ti...

José Luis

Brujitecaria dijo...

Esta claro, como diría mi nonnna italiana que Ci puzza il benessere, es decir que nos apesta el bienestar. Isula (hermoso nombre, que suena a mar y soledad) tiene problemas gordos pero reparte paz, el resto damos problemas gordos porque tenemos paz.