Cuando empecé esta extraña y ególatra aventura de escribir un blog, no tenía muy claro qué era lo que quería hacer, o de qué iba a hablar. Desde el principio noté que no quería hacer un diario, con detalles de la vida de todos los días, los vaivenes económicos y laborales, los lugares que he visitado, o las películas que he visto. Iban saliendo post generales, algo abstractos, que partían de experiencias cotidianas, pero rara vez mencionaba esa experiencia.
En los primeros días, cuando iba por la calle, iba escribiendo post mentales, en los que hablaba sobre reflexiones cotidianas, o intentaba reflejar eso que todos tenemos que es "nuestra visión del mundo". O, de modo más general, quería dar a conocer esa parte de mí que no sale a la luz en la vida diaria (egolatría, lo llame como lo llame). Pero luego pasaba algo raro. Llegaba a un ordenador, en el trabajo o en casa, y rara vez escribía lo que había estado pensando. Unas veces era pereza y otras el tema o el contenido me parecían poco interesante.
De modo que los post que han formado este blog han sido resultado de efusiones espontáneas, de momentos breves de reflexión. Por eso algunas cosas de las que he escrito ahora las veo con cierto escepticismo, aunque me acuerdo de los momentos que las engendraron.
Pese a todo, en tremenda contradicción, releo este blog y creo que me ha salido solemne y cerebral. Cuando leo el de mi amiga Blanca, que es espontáneo y fresco, a bote pronto, y que espero que en breve vuelva a actualizarse, y el de Marina, que es algo intermedio, es espontáneo, pero se nota que la meditación ha venido de largo, en toda una vida, entonces quiero que me salga algo parecido. No me considero culpable de cómo quede este blog, que sale como quiere y como puede, porque sí, ni hago propósito de enmienda, ni me propongo escribir de otra manera, solo que no sé lo que va a pasar, ni qué sesudos disparates aparecerán por aquí de hoy en adelante.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Hola, te he escrito (pero no está) diciéndote que claro, que mucha meditación, que con tantos añazos, que remedio. Y que los blog son como los hijos, que salen como quieren, por más que te esfuerces en hacer un niño "metafísico" o "graciosillo". Así es la vida y así son los blog
oye, a mi al validar un 110 me sale el índice de entidades, que es el que me tiene que salir, así que el lunes hablamos
Hola Richard!
¡no dejes de escribir! A mi me divierte mucho que tengamos estilos tan diferentes. Me resulta muy pintoresco que esto finalmente, resulta una original forma de comunicarnos los tres, que a fin de cuentas somos nuestros únicos y mejores lectores. Pues el mundo mundial se lo pierde. A veces yo os leo con envidia, tan profundos, tan culturetas, je je.
Publicar un comentario