martes, 3 de noviembre de 2009

Matar a un ruiseñor


Hace unas semanas, después de trabajar en "La noche en blanco", y pegarnos una buena caminata hasta donde estaba el coche, llegamos a casa cerca de las dos y media. Amalia se fue a la cama, y yo, que nunca me voy a la primera, puse la tele un ratito. Y allí estaba terminando "Matar un ruiseñor". Me quedé pegado a la pantalla, con los pelitos de punta, esperando que terminase, que saliera Boo Radley, allí, oculto tras la puerta de la habitación de Scout. Al viudo Atticus se le viene el mundo encima. Gregory Peck, en el mejor momento y en el mejor papel de su vida, sale al porche y reflexiona sobre lo que ha pasado ese día tremendo: qué hermoso es todo, pero qué difícil, qué imprevisible.

"Matar a un ruiseñor" (To kill a mockingbird", 1962), es probablemente la película más hermosa que haya visto y vea en toda mi vida. Es la entrada a un lugar mágico pero realista, a ese jardín de juegos que esconde terribles verdades, es un vistazo al despertar de la infancia a ese mundo difícil, aterradoramente hermoso que te aguarda más allá de los columpios. Es la película donde los niños son tratados con más respeto, donde ser niño no significa ser del todo idiota, donde te das cuenta de que están pasando cosas serias, pero donde la confianza en la bondad innata del mundo está intocable. ¡Qué bonito pero qué terrible es el sur racista de ese caluroso verano en Estados Unidos!. Una obra recomendable (aunque no la aprecié hasta la segunda vez que la vi), imperecedera, enorme, emotiva, que golpea, que acaricia, que susurra, una película frágil y estremecedora a partes iguales.

4 comentarios:

Brujitecaria dijo...

¡Qué poco me acuerdo de esa película, que he debido ver por lo menos 4 veces! Debía tenerla grabada en vídeo, en soporte magnético, esos que he tirado con gran dolor de mi corazón y gran bronca de mi señorito. Pero tenías tantas, hace tanto tiempo y grabadas algunas en condiciones poco idóneas...; de algunas ya había comprado la versión DVD. Había algunas bastante raras, como una película española de los ¿80? con Fernando Fernán Gómez haciendo de profesor de derecho jubilado arruinado que se "alquila " o "vende" como esclavo... Ni siquiera creo que fuese una muy buena película, sólo que me encantaba, se llamaba Stico y si alguien sabe dónde la puedo encontrar en DVD o de otra forma, se lo agradecería eternamente

Ricar2 dijo...

Mi padre acaba de tirar su/mi colección de VHS, por motivos de espacio y calidad de visualización. El catálogo existente de DVD y el P2P y derivados da para conseguir casi cualquier cosa, incluso Stico, que me acuerdo vagamente de ella, de JAime de Armiñán.

Anónimo dijo...

Yo todavía no he tirado mi colección de VHS. Algunas son compradas originales, o de ésas que venían con los periódicos. Me da pena tirarlas. He pensado llevarlas al Cash Converters o a una tienda de pelis y juegos de segunda mano, pero me da la sensación de que no me van a dar ni un céntimo por ellas...

David Cotos dijo...

Definitivamente es una joya del cine.