Esta es un foto de la Tierra tomada desde Marte. La acaba de mandar una de esas sondas de la NASA. Debería ser fondo de pantalla de todos nuestros ordenadores,y póster en todas nuestras habitaciones para recordar lo que somos cuando nos peleamos con nuestro vecino por cualquier mezquindad. Tampoco les vendría mal tenerla siempre delante a los libertadores de la patria vasca y gentuza similar.
Fuente: NASA
miércoles, 26 de septiembre de 2007
martes, 18 de septiembre de 2007
Karina y la política
Cuando yo tenía unos 10 años vino una chica nueva a mi cole que se llamaba Karina. Fue un fichaje pintoresco porque era francesa, en un tiempo en que los extranjeros, por escasos, causaban mucha sorpresa e interés a su alrededor. Llegué a ser bastante amigo de esta chica, quizá la primera chica que fue amiga mía. Por supuesto, mis colegas me pinchaban con el tema de que a Karina le gusta Ricardo y viceversa. Creo recordar que los rumores eran falsos, pero sí me gustaba charlar con ella, y además estaba el tema de que era francesa, ¡qué caray!. A mí me gustaba entonces la empollona de la clase, que tal como la recuerdo hoy en día, era una chica con gafas de azafata de 1,2,3 y la cabeza cuadrada, literalmente.
El caso es que un día Karina me preguntó a quién votaría yo en las próximas elecciones, si tuviera la edad. Yo repetí como un loro lo que oía a mi padre por aquel entonces. Y ella se enojó. Dijo: "¿Votarías a esos?". Seguro que ella también repetía lo que escuchaba en su casa. Ante mi perplejidad no se me ocurrió otra cosa que unos días después decirle que lo había pensado mejor y que no votaría a nadie. ¡Vaya ocurrencia! Eso le sentó peor que lo anterior.
No recuerdo si en ese momento nos dejamos de tratar del todo o es que a partir de entonces ya no fue la relación como antes, pero el caso es que todo cambió entre Karina y yo para siempre. Al año siguiente ya no vino a nuestra clase y nunca más la he vuelto a ver. Nunca más he vuelto a discutir con nadie de política en términos que puedan llevar a un enfrentamiento. Y podría discutir de política en términos generales, pero desde luego nunca me pelearía por los partidos políticos, organizaciones sedientas de poder a los que les da igual si nos va bien o mal o que estemos vivos o muertos. El extraño caso de Karina y la política se me quedó grabado para siempre, y su cara pálida de francesa, y su chandal rosa mandándome delicadamente a tomar viento fresco me escuecen aún.
El caso es que un día Karina me preguntó a quién votaría yo en las próximas elecciones, si tuviera la edad. Yo repetí como un loro lo que oía a mi padre por aquel entonces. Y ella se enojó. Dijo: "¿Votarías a esos?". Seguro que ella también repetía lo que escuchaba en su casa. Ante mi perplejidad no se me ocurrió otra cosa que unos días después decirle que lo había pensado mejor y que no votaría a nadie. ¡Vaya ocurrencia! Eso le sentó peor que lo anterior.
No recuerdo si en ese momento nos dejamos de tratar del todo o es que a partir de entonces ya no fue la relación como antes, pero el caso es que todo cambió entre Karina y yo para siempre. Al año siguiente ya no vino a nuestra clase y nunca más la he vuelto a ver. Nunca más he vuelto a discutir con nadie de política en términos que puedan llevar a un enfrentamiento. Y podría discutir de política en términos generales, pero desde luego nunca me pelearía por los partidos políticos, organizaciones sedientas de poder a los que les da igual si nos va bien o mal o que estemos vivos o muertos. El extraño caso de Karina y la política se me quedó grabado para siempre, y su cara pálida de francesa, y su chandal rosa mandándome delicadamente a tomar viento fresco me escuecen aún.
domingo, 9 de septiembre de 2007
Cómo se hace este blog
Cuando empecé esta extraña y ególatra aventura de escribir un blog, no tenía muy claro qué era lo que quería hacer, o de qué iba a hablar. Desde el principio noté que no quería hacer un diario, con detalles de la vida de todos los días, los vaivenes económicos y laborales, los lugares que he visitado, o las películas que he visto. Iban saliendo post generales, algo abstractos, que partían de experiencias cotidianas, pero rara vez mencionaba esa experiencia.
En los primeros días, cuando iba por la calle, iba escribiendo post mentales, en los que hablaba sobre reflexiones cotidianas, o intentaba reflejar eso que todos tenemos que es "nuestra visión del mundo". O, de modo más general, quería dar a conocer esa parte de mí que no sale a la luz en la vida diaria (egolatría, lo llame como lo llame). Pero luego pasaba algo raro. Llegaba a un ordenador, en el trabajo o en casa, y rara vez escribía lo que había estado pensando. Unas veces era pereza y otras el tema o el contenido me parecían poco interesante.
De modo que los post que han formado este blog han sido resultado de efusiones espontáneas, de momentos breves de reflexión. Por eso algunas cosas de las que he escrito ahora las veo con cierto escepticismo, aunque me acuerdo de los momentos que las engendraron.
Pese a todo, en tremenda contradicción, releo este blog y creo que me ha salido solemne y cerebral. Cuando leo el de mi amiga Blanca, que es espontáneo y fresco, a bote pronto, y que espero que en breve vuelva a actualizarse, y el de Marina, que es algo intermedio, es espontáneo, pero se nota que la meditación ha venido de largo, en toda una vida, entonces quiero que me salga algo parecido. No me considero culpable de cómo quede este blog, que sale como quiere y como puede, porque sí, ni hago propósito de enmienda, ni me propongo escribir de otra manera, solo que no sé lo que va a pasar, ni qué sesudos disparates aparecerán por aquí de hoy en adelante.
En los primeros días, cuando iba por la calle, iba escribiendo post mentales, en los que hablaba sobre reflexiones cotidianas, o intentaba reflejar eso que todos tenemos que es "nuestra visión del mundo". O, de modo más general, quería dar a conocer esa parte de mí que no sale a la luz en la vida diaria (egolatría, lo llame como lo llame). Pero luego pasaba algo raro. Llegaba a un ordenador, en el trabajo o en casa, y rara vez escribía lo que había estado pensando. Unas veces era pereza y otras el tema o el contenido me parecían poco interesante.
De modo que los post que han formado este blog han sido resultado de efusiones espontáneas, de momentos breves de reflexión. Por eso algunas cosas de las que he escrito ahora las veo con cierto escepticismo, aunque me acuerdo de los momentos que las engendraron.
Pese a todo, en tremenda contradicción, releo este blog y creo que me ha salido solemne y cerebral. Cuando leo el de mi amiga Blanca, que es espontáneo y fresco, a bote pronto, y que espero que en breve vuelva a actualizarse, y el de Marina, que es algo intermedio, es espontáneo, pero se nota que la meditación ha venido de largo, en toda una vida, entonces quiero que me salga algo parecido. No me considero culpable de cómo quede este blog, que sale como quiere y como puede, porque sí, ni hago propósito de enmienda, ni me propongo escribir de otra manera, solo que no sé lo que va a pasar, ni qué sesudos disparates aparecerán por aquí de hoy en adelante.
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