Hoy es 1 de enero, el día más inútil del año. Me voy a echar a dormir un ratito la siesta después de tomar el menú habitual de este día a base de Paracetamol. Los niños están con los horarios y los humores completamente desconfigurados, la calle desierta, la tele pone el refrito del refrito de fin de año.
Pero yo escribo esto para desear a todos los escasos y pacientes lectores de este blog, los que escriben y los que no escriben (Yo animo a escribir, he quitado todas las restricciones y los mensajes pueden ser anónimos), un muy feliz y completito año 2009, con momentos divertidos, con alegrones, con subidones, con unos pocos de contratiempos de esos que los superas y te quedas mejor que antes, con un poco más de dinero si es posible, y mucho, mucho cariño, que está muy rico.
Mi amiga SSS escribe unos mensajes de felicitaciones muy sabrosos y bonitos, que a mí me recuerdan a las letras de Sabina. A mí no me salen, pero el objetivo es el mismo. Que lo pasen muy bien quien esto lean.
Hola, Ricardito. Los buenos deseos, además de para empedrar el infierno, me parecen imprescindibles para la supervivencia de la especie y del individuo. ¡Casi ná! y eso lo largo en un día "renchi" (así llamabamos a nuestros hermanos pequeños cuando querían jugar con los mayores y quería decir que no contaban, que eran jugadores de mentirijillas, como el día de hoy)
ResponderEliminarYo quiero desear que la gente solo se muera de viejo o de no estar vivo, no de bombazos, y que la razón pueda acallar el odio y la incomprensión. ¿podríamos, sabríamos parar lo de Gaza?
Ahora mismo no me sale nada sabiniano, pero la intención es la misma: Feliz Año cargadito de sorpresas y cosas por pasar. Esperemos que sean buenas.
ResponderEliminarYo, como dice una amiga, tengo un seguro de felicidad para este año. Espero que sea extensible a todos.
Besotes!!